miércoles, 8 de agosto de 2012

1919 - 1945. Tras la primera gran guerra, un mundo cambió para siempre


Tras la primera gran guerra,  el mundo comenzó a sentir que algunas cosas habían cambiado para siempre. Los viejos estados imperiales veían desmoronarse su poderío frente al surgimiento de  nuevos centros de poder.

 

1919 - 1945

Los grandes imperios coloniales, y en especial Inglaterra comenzaron a ver desmoronar sus áreas de influencia política y económica, así como surge con una fuerza arrolladora un nuevo imperio, los Estados Unidos de América, como modelo del esquema capitalista de la época.
La recuperación económica de los países europeos, como la prosperidad sin parangón de los EEUU sufrirá un brusco descenso por la crisis de la bolsa en 1929.
En Europa, uno de los fenómenos más importantes (fines siglo XIX y XX) fue la "revolución demográfica": la tasa de mortalidad descendió cuando se pudieron controlar las enfermedades epidémicas; más tarde, después de cierto tiempo, la tasa de natalidad bajó y el resultado fue un nuevo equilibrio basado en una mayor longevidad.
El resultado fue un rápido crecimiento de la población, aunque en estos años la tasa de crecimiento estaba descendiendo. La falta de oportunidades de trabajo junto con la preponderancia de propiedades familiares campesinas muy pequeñas, mantenía vinculada a la tierra a esta creciente población. Las ganancias eran escasas, a menudo apenas suficientes para subsistir. Se trataba de una población empobrecida que dependía de la agricultura, cuyos mercados estaban debilitados debido a la Primera Guerra mundial.
La industrialización de la Europa meridional y oriental no había ido muy lejos. Y la ausencia de capitales retrasaba el incremento de la productividad agrícola.
En algunos países, como en España, donde predominaba el latifundio, la situación se agravaba con la superpoblación.
Ese problema se trasladaba también a las ciudades. El excesivo número de inquilinos en cada casa no era un problema que afectase sólo a las grandes ciudades. En Polonia, en el año 1921, el 48% de las casas (en ciudades de menos de 20.000 habitantes) albergaban más de dos personas por habitación. En 1931, más de la mitad de las casas de las zonas rurales polacas consistían en una habitación con un promedio de 4,8 personas.
Estas diferencias profundas entre diferentes zonas de Europa -en el tipo de alimentación, educación, vivienda llevó a que en estos años se realizaran adelantos en materia de política social, que garantizasen a los sectores más desfavorecidos de la población, las condiciones esenciales de bienestar.
En medicina, aunque se llevaron a cabo importantes innovaciones como la introducción de nuevos métodos de vacunación contra la difteria y el descubrimiento de las sulfamidas, lo que implicaba el progreso era la aplicación  a más amplios sectores de la población de principios y técnicas ya utilizadas, que al descubrimiento de procedimientos nuevos.
El desempleo sectorial en los países que habían desarrollado una industria pesada, las medidas para proteger las economías nacionales y monopolizar los mercados coloniales, las sucesivas crisis de precios de la producción agrícola, exigían cambios; sobre todo una serie de medidas que fomentasen el comercio internacional, el abandono de producciones típicas de bajo rendimiento, y el aumento en las inversiones en diferentes países. Períodos de estabilidad y esperanza se sucedieron con períodos de crisis, y de alguna manera todos éstos lograron reacomodar y consolidar el sistema capitalista a una nueva realidad mundial.
Paralelamente a esta serie de dificultades, la gente trataba de olvidar el horror vivido con la guerra. En los "alegres veintes" se consolidaron la radio, el jazz y las faldas cortas. El cine habló por primera vez con "The Jazz Singer", que se convirtió en la punta de lanza de una novedad cinematográfica: el sonido. La clave, para muchos sectores -incluso con ideas contradictorias- de la sociedad era vivir intensamente, a la velocidad que marcaban los nuevos tiempos.
A nivel político, los intentos de consolidar una paz duradera entre las naciones, se vió frustrado por la serie de dificultades que a nivel económico y social se profundizaban. Y mientras se hablaba de paz, los países reiniciaban su carrera armamentista.
Surgen movimientos fascistas, reivindicaciones nacionalistas y planteos racistas y xenófobos que tienen como máximo exponente el nazismo de Adolf Hitler.
La polarización de los sectores sociales se agudiza, y será la Guerra Civil Española el antecedente inmediato de lo que sobrevendrá.
La Segunda Guerra Mundial sería inevitable.
El conflicto militar iniciado como un enfrentamiento bélico europeo de Alemania contra Polonia se extendió hasta afectar a la mayoría de las naciones del planeta, transformándose en el mayor y más trágico conflicto en la historia de la humanidad con un saldo de 45 millones de muertos. Y el empleo de la bomba atómica puso de manifiesto de que pronto la humanidad sería capaz de destruirse a sí misma: el mundo contemporáneo había comenzado.

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