lunes, 23 de febrero de 2015

Sobre Alan Turing y la primera computadora

Alan Turing (1912-1954), matemático y lógico inglés, fue uno de los padres fundadores de la computación, factor fundamental en decodificar los códigos nazis durante la 2ª Guerra Mundial.
W. Churchill lo consideraba su "arma secreta"


En su artículo On Computable Numbers, escrito en 1936, Turing se plantea la posibilidad de la existencia de una máquina que piense. Así como existen prótesis que sustituyen parcial o totalmente un órgano, él plantea la descripción de un autómata abstracto, que luego se conocerá como Máquina Universal, capaz de realizar todos los cálculos imaginables, pero planteando proposiciones matemáticas que no se podrían resolver a través de si son verdaderas o falsas. Así, Turing logra demostrar que no hay ninguna máquina más poderosa que la computadora, y a su vez, que esa super computadora tiene limitaciones y problemas que no podrá resolver nunca.

Tras el fin de la 2ª guerra mundial, el gran derrotado fue Inglaterra pues con ella cayó el sistema colonial británico. Y pese a que Inglaterra siguió siendo por buen tiempo la principal potencia tecnológica no loró recuperar su potencial industrial, que sí lo ganó EEUU.
Inglaterra tenía al mejor científico en computadoras y éste, por haberse declarado homo sexual, fue acorralado y humillado.

El sistema lo condenó a optar entre la cárcel o un tratamiento en base de hormonas para "normalizarlo". Éste optó por las hormonas pero dos años más tarde se suicidó ingiriendo una manzana con cianuro.

Más sobre la primera computadora aquí.

martes, 17 de febrero de 2015

Historia de la pintura del siglo XX. Giorgio De Chirico. El pintor "metafísico" por excelencia.

Nacido en Volos (Grecia) en 1888, fue hijo de una genovesa y de un ingeniero ferroviario italiano:“un caballero de otros tiempos” como lo describió en su autobiografía.

Influenciado por la filosofía de Shopenhauer y Nietzsche y los artistas plásticos simbolistas Böcklin y Klinger, en una primera etapa (1909), sus primeras obras eran explícitos ejercicios en torno a estos aristas pero ya se podían ver las primeras inquietudes metafísicas, los espacios irreales y las primeras obsesivas presencias estatuarias de figuras masculinas (y muchas veces paternas) y femeninas.

Las musas inquietantes. 1916
Aunque criticado por narcisista, no son pocos –desde Apollinaire a Cocteau- que acogen su pintura con verdadero entusiasmo.

El silencio, la soledad, la angustia por el paso del tiempo –podría decirse quizás también por ese tiempo muerto- son constantes de la pintura metafísica de De Chirico.
Héctor y Andrómaca. 1917.  Atender en este cuadro cómo los maniquíes están compuestos por trozos geométricos como de madera... 

La presencia de elementos simbólicos, fuera de contexto–la escultura de un torso sin cabeza junto a un cacho de bananas (“La inquietud del poeta”), maniquíes, las manos o guantes de cirujano, generan una sugestión desconcertante.

Las distintas figuras relacionadas a trenes están directamente vinculadas a su padre ferroviario (figura ausente porque muere cuando él tenía 17 años).

Otros elementos característicos de su pintura son el uso de espacios urbanos abiertos, con mucho elemento arquitectónico, la proyección de sombras duras y la casi ausencia de presencia humana, elementos todos que le dan un tono onírico.

Para De Chirico lo metafísico sólo se podía pintar simbólicamente. Por ello el uso de los espacios como escenarios teatrales, los objetos de tamaño desproporcionados sacados de contexto, nos ayudan a recordar que lo que estamos viendo no es la verdad sino la representación que el ser humano puede hacerse de ella.

El uso de los maniquíes no tiene que ver con la deshumanización o una visión irónica del hombre, sino con la representación simbólica del alma. Del mismo modo que se concibe a  los espantapájaros o a los muñecos a los que se pincha en ciertas creencias mágicas.

En sus cuadros siempre está la presencia de Grecia, lo clásico, y la sensación de una búsqueda.

La cantidad de autorretratos, lo que le valió que lo tildaran de narcisista tendría que ver justamente con esa búsqueda metafísica personal.

Los primeros en “descubrir” a De Chirico fueron los surrealistas, que veían en su concepción del inconsciente una anticipación de la propia actitud creativa.


Su período metafísico se sitúa entre la primera y la segunda década del siglo XX. Su obra posterior, a instancias de los propios surrealistas, fue dilapidada por la crítica.


Diana duerme en el bosque. 1933


Según el escritor Pablo Dobrinin (Revista La Pupila, 2013), “si los opinólogos se hubiesen acercado a sus cuadros con humildad, para tratar de entender cómo funcionaba su universo personal, en lugar de criticarlo con ideas preconcebidas, seguramente le habrían permitido al artista disfrutar de un reconocimiento que se había ganado con creces. En lugar de eso, su vejez la pasó luchando contra la incomprensión, las burlas, los imitadores y los falsificadores”

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